
Se las hizo llegar a través del aire, y con ellas un tozo de su alma. El resto ya la tenía, la tuvo desde el primer día.
Las guardó como un tesoro único, paseándolas en su bolsillo por otras ciudades y otros países. Rozándolas de vez en cuando para sentir el contacto de un amor latente, para recordar que "aún seguimos vivos".
"Todas son tú- dijo- pequeña, coqueta, ilusionada, triste, emocionante y emocionada."
Ahora en otro lugar, ajeno y extraño por no ser el suyo. Pero volverán, volverán a su origen, de donde no debieron salir nunca. Únicamente allí son ellas, en su totalidad, con su plenitud de infancia mágica, volverán como en su día llegaron, a través del viento.