

Mi pequeña terapia. Mi relajación personal. Una reconciliación con la bomba sanguínea que me hace latir. Un refugio en mi yo.
Días de soledad vagando por un desierto en forma de playa, unas manos deseosas de transformar el amor en objetos, un corazón torpe y cobarde pero lleno de amor, un alma enamorada, asustada por sentir, una voz al otro lado del mundo, un pincel creador de un regalo, una ilusión latente en forma de sonrisas en mis manos. Como diría Serrat "esas pequeñas cosas".
¿El resultado? Un grito de amor.