20 octubre 2009

Pequeña tempestad


Pasé en Berlín todo el mes de Agosto. El inicio de mi viaje lo viví sóla, una experiencia necesaria, a veces, para encontrarse con uno mismo, para soñar libremente y para experimentar la sensación de estar en otra ciudad, otro país y otra vida.
Cada día me acompañaban varias cosas necesarias, pequeños objetos, inherentes a mi...la cámara de vídeo, un libro, una libreta para escribir y dibujar y " El principito", soporte filosófico y matérico sobre el cual realicé estas ilustraciones.

4 comentarios:

  1. - ¡Por favor... píntame un cordero!
    - ¿Eh?
    - Píntame un cordero.

    El valor del libro es indudable. Lo que pasa que hay libros, como películas (incluso como personas) que se idolatran de pequeños y luego se quedan enquistados, en su propia burbuja. O quizás no, yo que sé.
    Cuando me pierdo un tiempo, y me olvido de todo, siempre recuerdo a Pérez-Reverte, en La Piel del Tambor, en uno de esos diálogos que lo han convertido en un crack de la literatura:
    "-Pero le estaba diciendo que vine aqui a ordenar mi corazón y mi cabeza, y encontré la respuesta...
    -¿Qué respuesta?
    - La que todos andamos buscando, supongo. Una causa. Algo que justifique en que creer y por qué luchar. Una fe"
    Era algo así, me falta algo de memoria.
    Coda: lo jodido del verano es que se pasa enseguida. En tres minutos. Aunque como siempre, todo es mentira.
    http://www.youtube.com/watch?v=CBxaze6ksak
    -
    "

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  2. Hola Camino.¿sabes?después de la tempestad,siempre llega la calma.

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  3. Sí,la calma chicha............ja,ja,ja.Eso,eso.

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