22 marzo 2009

Con las ganas ( Zahara)

1 comentario:

  1. -¡Que extraño! -dijo la muchacha avanzando cautelosamente-. ¡Qué puerta más pesada!
    La tocó, al hablar, y se cerró de pronto, con un golpe.

    -¡Dios mío! -dijo el hombre-. Me parece que no tiene picaporte del lado de adentro. ¡Cómo, nos han encerrado a los dos!

    -A los dos no. A uno solo -dijo la muchacha.

    Pasó a través de la puerta y desapareció.

    FIN

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