06 febrero 2013

Esperándote


Allá por el mes de septiembre recibí el mejor regalo de cumpleaños que se pueda nunca tener: el aviso de una nueva llegada.
La recibí como un cocktel de inquietud, ilusión y magia. La emoción superó los miedos y la incertidumbre; la alegría se instaló para siempre y ahora está conmigo cada instante.

Estoy feliz cuando la oigo acariciarme desde dentro, cuando sé que sus ahora 350 gramos son el mayor tesoro del mundo, cuando me despierta en la noche con pequeñas patadas a las que yo respondo posando mi mano y puedo sentirla...aún antes de haberla visto nunca.

Paso estos días esperando, ansiosamente, ver la carita del mayor milagro de la vida. Ese milagro capaz de hacerte sentir afortunada por tener la oportunidad de seguir volando, ahora acompañada, con alguien que forma parte de ti por siempre.

Allá por el mes de septiembre me miró a los ojos y vi un puente invisible que, a modo de abrazo, te aprieta fuerte para no soltarte nunca. Mientras, el brillo de su mirada azul me dijo que aquello era lo más maravilloso que podía pasarnos. Cada día me acaricia y sé que no hay mayor ternura que la que viene de sus manos y su voz. Y sé que será el mejor compañero para este viaje que nos espera juntos, para este viaje soñado, querido y amado.

Pasan los días...mientras te espero... imaginando tus futuros gestos, tus  pequeños dedos, nuestros primeros besos...mientras el eco de tu risa, que también imagino, inunda mi casa y nuestros corazones.